Porque fuiste un duende de la vida.
Porque le dejaste a Jamaica una botija y una jaula llenas del canto de los pajaros.
Porque le regalaste tu guitarra a un ciego y te pusiste a llorar ayer por los esclavos.
Porque guiaste los manantiales en las montañas y sus sueños desembocaron en las mañanas tuyas.
Porque entregaste tu corazón de tambor.
Porque seguiste la estrella negra de Marcus Garvey a pesar de la fantasía, a pesar del naufragio final.
Porque lograste ser el Midas del amor.
Porque amaste a tu isla y a su gente pobre. Gente cargando sus lamentos en la cabeza. No woman no cry, sonrisas tristes para el turista Y un Reggae que estalle por el duende de la vida.
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